«En respuesta a las críticas severas y repetidas de nuestras madres y a varias relaciones fallidas con mujeres», dos científicos de laUniversidad Brigham Young en Utah (EE.UU.), han estudiado la dinámica de fluidos del chorro de orina masculina al impactar libremente sobre una superficie rígida. El objetivo, que sin duda media humanidad agradecerá enormemente, es evitar lasindeseadas salpicaduras cuando un hombre utiliza un retrete. Como todo, esto también tiene su técnica.
Para simular la micción, los investigadores utilizaron un cubo de 18 litros con mangueras conectadas a dos tipos de uretras sintéticas. Los experimentos se llevaron a cabo con una tasa de presión y un flujo que se esperaría de un individuo sano de sexo masculino dispuesto a desahogarse. Con una cámara de alta velocidad captaron al detalle el impacto del chorro, el ángulo que toman las gotitas laterales y verticales cuando chocan contra la superficie, y midieron las distancias y la velocidad de las mismas. Guiados por los resultados, proponen unas técnicas para reducir las salpicaduras.
El secreto, después de todos estos análisis, es acercarse ydisminuir el ángulo lo máximo posible. «El chorro de orina masculina rompe unos 6 o 7 centímetros fuera de la salida de la uretra», explica Randy Hurd, coautor de la investigación, a la BBC. «Así que en el momento en que llega el urinario, ya está en forma de gotas. Y estas gotitas son las responsables de la formación de salpicaduras en los pantalones de color caqui», dice con humor.
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