Investigadores estadounidenses encuentran nuevas evidencias de que un enorme pulpo o calamar de unos 30 metros devoraba a los mayores depredadores de los mares hace 200 millones de años
Hace dos años, un grupo de paleontólogos norteamericanos anunció el hallazgo de lo que parecía ser la guarida de un enorme monstruo marino de más de 30 metros de longitud, similar al kraken mitológico, que surcaba las aguas de los océanos hace 200 millones de años. Posiblemente se trataba de un gran pulpo o un calamar gigante, capaz de partir el cuello (literalmente) y devorar a los depredadores más temibles de la época. Esta teoría fue originalmente presentada en la reunión anual de la Sociedad Geológoca de América. Ahora, el investigador principal, Mark McMenamin, del Mount Holyoke College, en Massachussets, ha vuelto a participar en la reunión, en la que ha expuesto nuevas evidencias de la existencia de la criatura, incluyendo lo que puede ser la punta de su pico con forma de diente, las fauces del animal.
McMenamin encontró en 2011 indicios de que los restos de unos ictiosaurios de unos 15 metros de longitud del Berlín-Ichthyosaur State Park, en Nevada, mostraban marcas muy parecidas a las que dejan los pulpos modernos. Además, los huesos parecían estar dispuestos con un propósito, trabajo que también hacen los pulpos cuando llevan sus presas a su madriguera. Para el investigador, la única explicación posible era que un gigantesco kraken había acabado con los pobres ictiosaurios.
El pico
Tiempo después, McMenamin vio por casualidad fotografías de otro ictiosario del yacimiento al que parecía que habían arrancado la caja torácica para depositarla a un lado. Esto animó al científico a volver al lugar con su equipo para buscar nuevos restos. Tuvieron suerte.Encontraron parte del pico del cefalópodo gigante.
«Es la parte más densa en el cuerpo de un cefalópodo -dice McMenamin con respecto a la pieza en Discovery- y la que tiene más probabilidades de conservarse en el registro fósil. Los investigadores compararon el fósil con el pico de un calamar gigante de Humboldt. El pico fuerte y mortal, parecido al de un loro, se encuentra en el centro de su red de tentáculos y sirve al animal como una herramienta eficaz para matar y descuartizar a sus presas. La comparación demostró que eran muy similares.
Puede que esta nueva pieza sirva para arrojar luz sobre el misterio del kraken prehistórico. Aunque el paleontólogo está convencido de su teoría, es posible que los huesos de las presas simplemente se derrumbaran y cambiaran de posición con el paso del tiempo. Quizás, pronto, la ciencia pueda aclarar qué ocurrió exactamente.
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