Medio siglo de espera y el sentido del humor, intacto. A sus 84 años, este físico británico acaba de hacer carambola: ganar el Nobel y el Príncipe de Asturias por una teoría, la del bosón de Higgs, que enunció hace casi 50 años.
Durante
casi medio siglo, Peter Higgs llevó una vida de lo más tranquila
inmerso en el mundo liliputiense de las partículas subatómicas. En 1964, este
físico británico predijo la existencia del hoy archiconocido bosón de Higgs, un
descubrimiento que desató toda una revolución en el mundo de la ciencia.
Hasta
hace algo más de un año, sin embargo, cuando el gran colisionador de
hadrones una máquina colosal
instalada en el subsuelo del CERN,
en Ginebra certificó las teorías de Higgs, el científico nacido en Newcastle no
se había visto jamás en la tesitura de esquivar nubes de fotógrafos. A sus 84
años se muestraincómodo con su inesperada popularidad y huye siempre que puede de las
entrevistas. Después de mucho insistir, el flamante Nobel de Física y Príncipe
de Asturias [ambos premios, compartidos con el belga François Englert] recibió a
XLSemanal (estos son solo
fragmentos de la entrevista; puede leerla
entera en XLSemanal) en
el salón Kelvin de la
Royal Society de Edimburgo, de la que es miembro desde hace
40 años, como ya lo fueran Adam Smith, Benjamin Franklin, James Maxwell o
Walter Scott. Rodeado de retratos ilustres, incluido uno suyo, Higgs se muestra
locuaz y mordaz, exhibiendo afiladas
dotes para el sarcasmo, mientras rememora los episodios más agitados de su
vida: la guerra, el rechazo de sus colegas a aceptar la existencia de una
partícula sin la cual nada existiría, su lucha por convencerlos, las
servidumbres de la fama y apuntes sobre físicos como Stephen Hawking o Leon
Lederman, el Nobel que bautizó su bosón como 'la
partícula de Dios'.
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