Las «pareidolias faciales», es decir, identificar rostros en los más diversos objetos y paisajes, tiene unas causas físicas muy concretas
El rostro de Alfred Hitchcock dibujado en el espacio
Las personas que afirman haber visto la cara de Jesucristo en una mancha de pintura de la pared, o la de la Virgen María en los pliegues de una sábana o, por qué no, el rostro de Elvis Presley esculpido en las nubes o en una tostada, pueden dormir tranquilas a partir de ahora.
Nadie, en efecto, podrá volver a reirse de ellas después de la publicación de un sesudo estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad de Toronto en colaboración con varias insticuciones chinas. Y es que, según los investigadores, las "pareidolias faciales",es decir, el hecho de identificar rostros en los más diversos objetos y paisajes, es algo completamente normal y se basa, además, en causas físicas muy concretas. El estudio se publica esta semana en la revista Cortex.
"La mayoría de las personas piensa que los que ven este tipo de cosas no están del todo en sus cabales, y esa es la razón por la que a menudo les ridiculizan -explica Kang Lee, de la Universidad de Toronto y autor principal de la investigación-. Pero nuestros hallazgos indican que es de lo más común visualizar figuras que en realidad no existen porque el cerebro humano es único a la hora de reconocer rostros. De hecho, basta con la más leve similitud o sugerencia de parecido con un rasgo facial determinado para que nuestro cerebro, automáticamente, interprete lo que estamos viendo como una cara".
A pesar de que el fenómeno se conoce desde hace siglos, se sabía muy poco hasta ahora de los mecanismos neurales concretos que lo provocan. En este estudio, el primero que se realiza sobre la cuestión, los investigadores analizaron tanto los escáneres cerebrales como las reacciones físicas de una serie de individuos que veían rostros y letras "dibujados" en los más diversos objetos de uso común.
Y descubrieron que las pareidolias faciales no se deben a una "anormalidad" del cerebro, ni tampoco a la simple imaginación, sino que se producen como consecuencia de la acción combinada del córtex frontal, que ayuda al cerebro a generar expectativas, y el córtex visual posterior, que recibe las señales que le envía el primero para ayudarle a elaborar interpretaciones de los estímulos procedentes del mundo exterior.
Los investigadores averiguaron también que las personas pueden ser más propensas a ver distimtos tipos de imágenes (como rostros, o palabras, o letras sueltas) en función de lo que cada uno de ellos espera ver, lo cual activa las partes específicas del cerebro que procesan precisamente esa clase de imágenes.
Por eso, el hecho de ver, por ejemplo, el rostro de Elvis en una tostada, no es más que el reflejo de una actividad completamente normal de nuestro cerebro, y un buen ejemplo del activo papel que nuestro córtex frontal juega a la hora de interpretar nuestras percepciones visuales.
Vistos los resultados, quizá deberíampos plantearnos cambiar la clásica expresión "Ver es creer" por la científicamente más apropiada de "Creer es ver".
Fuente: http://www.abc.es/ciencia/20140507/abci-visto-cara-elvis-tostada-201405071002.html
Fuente: http://www.abc.es/ciencia/20140507/abci-visto-cara-elvis-tostada-201405071002.html
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